lunes, 19 de septiembre de 2011

Lima: y el problema de la contaminación visual

Muchos de sus habitantes suelen odiarla. Es que Lima es una ciudad de horrorosos misterios, pequeños adelantos e innumerables atrasos. Se escuchan muchas quejas sobre el estado de sus pistas, el funcionamiento del transporte público y sobre el caótico tráfico de sus horas punta y la contaminación que ocasiona.

Sumándose a la extensa nube gris que cubre esta ciudad y al fuerte sonido que ocasiona el incremento de autos que circulan por ella, sale a relucir un nuevo y silencioso problema: la contaminación visual.

Hoy en día las empresas buscan con mayor ahínco posicionar sus marcas y acercarlas cada vez más al consumidor final. Cumpliendo con estos objetivos encontramos una gran cantidad de afiches, gigantografías y avisos luminosos que cada día manchan la ya deteriorada imagen de Lima.

Sólo una de las empresas publicitarias más importantes del mercado posee casi cinco mil avisos publicitarios entre torres, paneles, prismas, paraderos y vallas en toda la ciudad. Pero, ¿cuál es el problema con estos ingenuos comerciales?

La contaminación visual no sólo rompe la estética de una zona y en ocasiones, dificulta la visualización de conductores y transeúntes, sino que incluso puede afectar la salud de las personas ocasionando accidentes de tránsito, desequilibrio mental o emocional, estrés, trastornos de atención y alteraciones del sistema nervioso.

Estas dificultades se ocasionan por diversos factores que van desde la cantidad de avisos que se encuentran en un mismo sector, hasta los colores y luces que se utilizan para llamar la atención.

Según la ordenanza 210-MML que regula la publicidad exterior en la provincia de Lima desde diciembre de 1998, la distancia mínima que debe existir entre dos elementos publicitarios es de 100 metros, es decir, aproximadamente de una cuadra.

Esta es una de las tantas leyes que no se cumplen en la ciudad y que contribuye a que las municipalidades, que son quienes otorgan los permisos para colocar los avisos, consientan que en avenidas como La Marina, se puedan llegar a contar entre 8 y 10 paneles por cuadra.

Considerando que estos avisos distraen a conductores y transeúntes pudiendo ocasionar graves accidentes de tránsito, es necesario que el Ministerio de Transportes vele por el cumplimiento de las leyes que rigen y limitan el uso de la vía pública como ventana publicitaria.

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